Salí de la atmósfera de la Tierra y continué avanzando hasta vislumbrar los límites astrales de nuestra Galaxia. Percibí que no me encontraba solo. Conmigo se encontraba un Hermano Estelar. Pude ver como se materializaba lentamente. Se acomodó a mi lado, en el asiento de copiloto. Se presentó ante mí como el comandante Yury, del planeta Patrulha. Sería mi navegante en este salto Cuántico, cuyo objetivo era la constelación de Orión.