COMPETIR O COMPARTIR TEOREMA DE TALES Y CUALES PROGRAMA 18 JULIO ARCHE[1]
Estoy observando una sociedad enferma y con pocas ganas de curarse. La
utopía desentona ante la inercia galopante que nos corroe. Estamos
quejosos... total, qué importa... la cuestión es manifestarse y ser un
eslabón más en la cadena de sufridos habitantes de este naufragio
llamado SOCIEDAD.
Desde el preciso instante en que asomamos a este mundo comenzamos una
larga carrera hacia el posicionamiento más favorable. Siendo bebés, ya
logramos dominar a mamá y a papá con llantos y berrinches, a sabiendas
que obtendremos el objetivo deseado: una teta, upa, el chiche que se nos
cayó y un interminable etcétera. Sin pretender hilar muy fino,
podríamos decir que la naturaleza humana nos provee de estas virtudes y
nosotros, ni lerdos y perezosos, hacemos uso de ellas con placer y, en
muchos casos, abusivamente.
Nuestro crecimiento va engrosando la lista de actitudes propias del
“esto es mío”, “yo llegué primero”, “no te metas conmigo”, “soy mejor
que vos” y un rosario de ejemplos que puede seguir prolongándose hasta
el hartazgo.
El competir antes que el compartir es un lema ya impuesto y aceptado con
absoluta naturalidad.