En los últimos años la incidencia del neoliberalismo en la economía ha aumentado, como nunca antes, los problemas sociales y degradado la calidad de vida de los ciudadanos, particularmente en nuestras grandes ciudades. Las políticas tradicionales han perdido eficacia y una demanda de protagonismo emergente de la sociedad civil ocupa nuevos espacios. En este cuadro, una realidad dramática, con un siniestro potencial de aplastamiento social, llegó para quedarse: CRISIS SOCIAL.