Beethoven: Sonata No.13 in E-bemol Mayor, "Quasi una fantasia" (Korstick, Lortie, Goode)

⁣Incluso para sus propios estándares de ruptura de género, B. pasó por una especie de fase experimental en sus sonatas Op.26 y Op.27, y esta, la Op.27 No.1, representa el producto más sorprendente de ese período. A todos los que lo han jugado alguna vez les encanta, pero por lo demás es un poco oscuro y no parece llamativo de inmediato. Pero eso es realmente parte de su diseño, donde B. toma la forma arquetípicamente argumentativa, la sonata, y le da un carácter básicamente narrativo (fantasioso, improvisado, episódico).

Por lo tanto, no hay espacios entre todos los movimientos, que están dispuestos en orden rápido-lento-rápido-lento. Las conexiones motívicas son escasas. Cada movimiento llena un vacío expresivo del que carece el anterior. El primero es elegante, el segundo inquieto/ominoso/inquieto, el tercero interior, el último festivo y un poco tonto. Ni un solo movimiento está en forma de sonata. Los estados de ánimo cambian constantemente.

El primer Movimiento comienza con una melodía absurdamente simple, casi trivial. Lo único que desvirtúa su total ingenuidad es la cuidada articulación que B. indica y los constantes cambios de sonoridad que la animan. La sección C es un contraste tan ridículo con esto que casi parece un nuevo movimiento, aunque su armonía C maj ya ha sido bellamente anticipada.

El segundo Movimiento es, nuevamente, un ejercicio de articulación, con secuencias de acordes claramente improvisadas y algunas de las escrituras texturales más creativas de B. en el regreso del scherzo. Es uno de esos movimientos extraños que se pueden interpretar de un millón de maneras y salir ilesos.

El tercer Movimiento apenas merece el nombre: una sola melodía en tres partes. Y, sin embargo, regresa al final del vertiginoso y ya largo movimiento final, una inyección repentina de sentimiento sincero en un rondó ingeniosamente forjado (la sección de desarrollo es bastante impresionante) lleno de timbres orquestales.