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El Cuarto Camino
J.D.Ouspensky
Antes de empezar a explicarles de modo general sobre quΓ© trata este sistema, y de charlar acerca de nuestros mΓ©todos, quiero grabar particularmente en sus mentes que las ideas y principios mΓ‘s importantes del sistema no me pertenecen. Esto es principalmente lo que los hace valiosos, porque, si me pertenecieran, serΓan como todas las otras teorΓas inventadas por las mentes corrientes: sΓ³lo darΓan una visiΓ³n subjetiva de las cosas.
Cuando comencΓ© a escribir, en 1907, Un Nuevo Modelo del Universo, me formulΓ©, como muchas otras personas antes y desde entonces, que detrΓ‘s de la superficie de la vida que conocemos, hay algo mucho mayor y mΓ‘s importante. Y entonces me dije que hasta que conozcamos mΓ‘s acerca de lo que hay detrΓ‘s, todo nuestro conocimiento de la vida y de nosotros es realmente desdeΓ±able. Recuerdo una conversaciΓ³n de esa Γ©poca cuando dije: "Si fuera posible aceptar como probado que la consciencia (o, como la llamarΓa ahora, la inteligencia) puede manifestarse aparte del cuerpo fΓsico, podrΓan probarse muchas otras cosas. SΓ³lo eso no puede tomarse como probado".
ComprendΓ que las manifestaciones de la psicologΓa supernormal, como la transferencia del pensamiento, la clarividencia, la posibilidad de conocer el futuro, la retrovisiΓ³n del pasado, etc., no habΓan sido probadas. De modo que tratΓ© de hallar un mΓ©todo de estudio de estas cosas, y trabajΓ© en esa lΓnea durante varios aΓ±os. En ese sentido encontrΓ© algunas cosas interesantes, pero los resultados fueron muy fugaces; y aunque varios experimentos tuvieron buen Γ©xito, fue casi imposible repetirlos. En el curso de estos experimentos, lleguΓ© a dos conclusiones: primera, que no conocemos bastante acerca de 1a psicologΓa ordinaria; no podemos estudiar psicologΓa supernormal, porque no conocemos psicologΓa normal. En segundo tΓ©rmino, arribΓ© a la conclusiΓ³n de que existe cierto conocimiento real; que pueden existir escuelas que conocen exactamente lo que queremos conocer, pero que, por alguna razΓ³n, estΓ‘n ocultas y este conocimiento estΓ‘ oculto. De modo que empecΓ© a buscar estas escuelas. ViajΓ© por Europa, Egipto, India, CeilΓ‘n, TurquΓa y el Cercano Oriente; pero realmente fue mΓ‘s tarde, cuando ya habΓa concluido estos viajes, que encontrΓ© en Rusia, durante la guerra, a un grupo de personas que estudiaban cierto sistema originalmente proveniente de las escuelas orientales.
Este sistema comenzaba con el estudio de la psicologΓa, exactamente como yo habΓa comprendido que debΓa empezar. La idea principal de este sistema era que no usamos siquiera una pequeΓ±a parte de nuestros poderes y fuerzas. Por asΓ decirlo, tenemos en nosotros una organizaciΓ³n grandΓsima y finΓsima, sΓ³lo que no sabemos cΓ³mo usarla. En este grupo empleaban ciertas metΓ‘foras orientales, y me dijeron que tenemos en nosotros una casa grande, llena de bellos muebles, con una biblioteca y muchas otras habitaciones, pero vivimos en el sΓ³tano y la cocina, y no podemos salir de allΓ. Si la gente nos habla sobre lo que esta casa tiene escaleras arriba, no le creemos, o nos burlamos de ella, o a eso lo llamamos supersticiΓ³n, o cuentos de hadas, Γ³ fΓ‘bulas.
EstΓ© sistema puede dividirse en estudio del mundo, sobre ciertos principios nuevos, y estudio del hombre. El estudio del mundo y el estudio del hombre incluyen en sΓ una suerte de lenguaje especial. Tratamos de usar palabras corrientes, las mismas palabras que empleamos en la conversaciΓ³n ordinaria, pero les asignamos un significado levemente diferente y mΓ‘s preciso.
El estudio del mundo, el estudio del universo, se basa en el estudio de algunas leyes fundamentales que, en la ciencia, no son generalmente conocidas o reconocidas. Las dos leyes principales son la Ley de los Tres y la Ley de los Siete, que se explicarΓ‘n despuΓ©s. Incluido en esto y necesario desde este punto de vista, es el principio de la escala, principio que no entra en el estudio cientΓfico corriente, o entra muy poco.
El estudio del hombre estΓ‘ estrechamente conectado con la idea de la evoluciΓ³n del hombre, pero Γ©sta deberΓ‘ entenderse de un modo levemente distinto del corriente. Por lo comΓΊn, la palabra evoluciΓ³n aplicase al hombre o a algo mΓ‘s que presuponga una especie de evoluciΓ³n mecΓ‘nica; quiero decir que ciertas cosas, por ciertas leyes conocidas o desconocidas, se transforman en otras cosas, y estas otras cosas se transforman aΓΊn en otras cosas, y asΓ sucesivamente. Pero desde el punto de vista de este sistema, tal evoluciΓ³n no existe: no hablo en general, sino especΓficamente del hombre. La evoluciΓ³n del hombre, si ocurre, sΓ³lo puede ser el resultado del conocimiento y del esfuerzo; mientras el hombre sΓ³lo conozca lo que puede conocer del modo corriente, para Γ©l no hay evoluciΓ³n ni la hubo jamΓ‘s.