EL NUEVO CÓDIGO GENÉTICO, REFLEXIONES 15JULIO ARCHET (1)

⁣El tiempo individual comienza cuando cada ser asume conscientemente su realidad dimensional y hace crecer en su interior la llama de la Sabiduría Universal. No existen fechas, calendarios, relojes. Ningún instrumento de medición puede determinar la existencia del tiempo, porque dicho tiempo “desaparece” de la realidad diaria, transformando horas, días, meses, años, en simples líneas de vida por las que transcurre cada ser.
La meditación -el vuelo interior- es la herramienta correcta para entablar ese diálogo con las fuerzas superiores del amor.
La comprensión debe dejar paso a la aceptación confiada, esa que solo ocurre cuando el ser interpreta que lo recibido ingresa por los caminos del amor absoluto y proviene de la fuente mayor, esa que vierte constantemente sus aguas de conocimiento a aquellos que estén dispuestos a abrir sus cántaros y recibirla con fe ciega. Los miedos no son buenos consejeros en esta etapa. La confianza y el dejarse llevar forman parte del esquema fundamental y el andamiaje sobre el que se construye esa fe inquebrantable que solo poseen quienes aceptan lo espiritual por sobre lo meramente material.
Es cierto que vivimos en un mundo material. Una cuestión repetida hasta el hartazgo es la dificultad de poder acceder a una concentración meditativa inmersos en este caos de señales electromagnéticas que nos rodea agresivamente.
Pero el esfuerzo de vencer esta limitación acerca al meditante al camino correcto para su evolución. Y esa evolución que comienza con “lo personal” se amplía a “lo grupal” en un plazo muy corto, permitiendo el despertar de amplias mayorías que sienten la orientación y la proximidad de la Verdad como un hecho concreto.