10 años de vuelta al mundo en bicicleta por todos los continentes
Laura Martínez y Aitor Iguinitz, madrileña y vasco, dejaron atrás una vida normal, rompieron con todo, vendieron sus pertenencias y a lomos de sus bicicletas han recorrido todos los continentes menos la Antártida. En estos diez años de viaje y casi 100.000 kilómetros rodados, han vivido más de un millón de anécdotas en Nepal, India, Pakistán, China, Asia Central, Irán, la península arábiga (Emiratos, Omán, Yemen), África, Europa, Mongolia, el Sudeste Asiático, Indonesia, Nueva Zelanda, Alaska, Canadá y Norteamérica.
Viajan sin un plan trazado, moviéndose al ritmo que marca el corazón y la intuición; así cruzaron el Himalaya, durmieron en cuevas, selvas, desiertos, escuelas, bosques, iglesias y muy a menudo con gente. Gentes de todos los colores, religiones, clases sociales... entrando y saliendo de vidas ajenas y dejando un reguero de amigos que ya consideran su familia.
En este viaje aprendieron a tomar lo que viene, como viene: la dureza y la alegría, el sufrimiento, el frío, el calor, la lluvia, la noche, el miedo, la ira, la alegría, la hospitalidad, el desprecio, la belleza….
A comienzos del 2008, Laura conoció a Aitor en Nepal: ella vivía en Dharamsala, en el norte de India, donde asistía a una escuela de Butoh con un maestro japonés; él llevaba ya año y medio de viaje en bicicleta y acababa de cruzar el Tíbet. Decidieron seguir aventura juntos y así pasaron diez años haciendo de sueños realidades.
“En un principio encontrábamos el exotismo, la diferencia, la novedad pero tras meses y años de viajar, quizá lo que más haya cambiado ha sido que ahora miramos un poco más profundo; sin quererlo, sucede solo. Ahí abajo, justo debajo de la diferencia, está lo que nos hace iguales. Cada vez vemos más claro lo iguales que somos todos, todas; cada vez es más obvio que somos una familia, la humana y que la tierra es nuestra casa; la de tod@s”.