𝐄𝐋 𝐍𝐮̀𝐌𝐄𝐑𝐎 𝐃𝐄 𝐒𝐔 𝐍𝐎𝐌𝐁𝐑𝐄 - 𝐋𝐀 𝐄𝐒𝐏𝐎𝐒𝐀 (𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 11)
“EL NÚMERO DE SU NOMBRE”
por Pampa Fillol (https://www.facebook.com/photo/?fbid=643445266045405&set=a.625655567824375)
CAPÍTULO 11: LA ESPOSA
Entonces, si las bodas en Caná fueron su casamiento, ¿con quién se casó Jesús?
Todas las señales del Evangelio de Juan apuntan en dirección a María Magdalena.
En los cuatro Evangelios canonizados aparece ella en diferentes roles: discípulo de Jesús, seguidora de Jesús, servidora de Jesús o compañera de camino de Jesús.
Los dos Evangelios escritos por los discípulos de Pablo agregan, como tarjeta de presentación al introducir a María Magdalena, el dato de que antes de unirse a quienes marchaban con Jesús había estado poseída por "siete demonios".
"María Magdalena, aquella de quien [Jesús] había echado siete demonios" (Marcos 16:9).
"María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios" (Lucas 8:2).
Nótese que Marcos y Lucas, autores de esos dos Evangelios, al igual que su mentor Pablo, no estuvieron allí cuando María Magdalena se sumó al grupo de Jesús. En los Evangelios de Mateo y Juan, quienes si estuvieron ahí, no hay mención alguna a su supuesta condición previa de endemoniada.
Vale notar también que en el Evangelio de Juan no hay exorcismos, ni diálogos con demonios, ni tentaciones del demonio. La interacción de Jesús con esa clase de seres sucede exclusivamente en los Evangelios del bando ganador.
Cuando Juan habla de María Magdalena, se refiere a ella como "el discípulo al que Jesús amaba", como sucede en el pasaje de la Última Cena en su Evangelio.
Al igual que con las bodas en Caná, un artista del Renacimiento italiano retrató la escena, en este caso Da Vinci, y lo hizo de acuerdo con la interpretación más evidente del texto: con María Magdalena al lado de Jesús. Y al igual que con las bodas en Caná, el texto bíblico en cuestión fue sufriendo modificaciones a lo largo del tiempo, con el objetivo de brindar la apariencia de que esos párrafos no hacen referencia a María Magdalena.
Con sucesivas alteraciones al Evangelio de Juan, la Iglesia del bando ganador logró instalar la idea de que "el discípulo al que Jesús amaba" no era María Magdalena, sino Juan, el propio autor del escrito. Lo cual resulta difícil de sostener, por un sinnúmero de razones, de las cuales baste con mencionar tres: Juan no era discípulo, sino Apóstol; Juan no hablaba de sí mismo en sus escritos; Juan no tenía por costumbre recostarse sobre el pecho de Jesús, como sí suelen recostarse las mujeres enamoradas sobre el pecho de su marido.
Para resolver este último contratiempo, la Iglesia del bando ganador fue acomodando el pasaje de la Última Cena del Evangelio de Juan, en diferentes ediciones de la Biblia.
La imagen que acompaña este capítulo incluye cuatro fotos, montadas sobre "La Última Cena", de Leonardo. La foto de arriba a la izquierda corresponde a la edición oficial del Vaticano anterior a la más reciente. Allí se lee lo siguiente:
"Estaba uno de ellos, al cual Jesús amaba, recostado a la mesa sobre el seno de Jesús. A este discípulo, pues, Simón Pedro le hizo una seña, diciéndole: ¿De quién habla? Él entonces, recostándose sobre el pecho de Jesús, le dijo: Señor, ¿quién es?" (Juan 13:23-25)
Este es el momento en que Jesús avisa que uno de los allí presentes lo entregará, pero todavía no dice quién. A Pedro le urge saber, y entonces recurre a María Magdalena.
En diversos pasajes de los Evangelios Apócrifos se observa cómo Pedro constantemente recriminaba a Jesús por contarle cosas a María Magdalena por la noche, en la intimidad, sin que los Apóstoles pudieran escuchar. Cada mañana, Pedro le exigía a María Magdalena que compartiera con los demás todo lo que Jesús le había dicho. Así que en ese momento de la Última Cena, Pedro acude a ella. La toma del hombro, la acerca a él (este es el instante que captura Da Vinci en su cuadro) y le pide que le pregunte a Jesús quién es el traidor, confiando en que Jesús sí se lo dirá a ella.
Esta competencia con María Magdalena era otro factor que aliaba a Pedro con Pablo, pero mantengámonos en la escena.
Entonces María Magdalena vuelve a recostarse sobre el pecho de su marido, y le pregunta de quién está hablando.
Todo normal hasta ahí, salvo para la Iglesia del bando ganador, que debía reemplazar a la esposa de Jesús por Juan, y entonces vuelve a alterar, una vez más, las oraciones del Libro Sagrado.
La foto del margen superior derecho muestra la edición oficial actual del Vaticano. De la edición oficial anterior del Vaticano (arriba a la izquierda) a la más reciente (arriba a la derecha), el texto ha cambiado notoriamente, y ya el personaje en cuestión no se recuesta sobre el seno o el pecho de Jesús.
"Uno de ellos --el discípulo al que Jesús amaba-- estaba reclinado muy cerca de Jesús. Simón Pedro le hizo una seña y le dijo: «Pregúntale a quién se refiere». Él se reclinó sobre Jesús y le preguntó: «Señor, ¿quién es?»" (Juan 13:23-25)
En la primera oración, la frase "recostado sobre el..