Apátrida por voluntad propia
La nacionalidad se concibe como la cualidad que infunde a una persona el hecho de pertenecer a una comunidad nacional organizada en forma de Estado. El proyecto surge de mi desidentificación con la estructura Estado-nación y de mi rechazo a la nacionalidad como construcción identitaria impuesta.
Solicité a varias instituciones estatales renunciar a mi nacionalidad adquiriendo el estatuto de apátrida, petición que me fue denegada sin argumentación. En respuesta a esta negativa, encargué a una abogada un informe basado en la legislación española el cual reveló que solo está contemplada la pérdida de la nacionalidad como castigo impuesto por el Estado, y en ningún caso la posibilidad de que una persona pueda renunciar a tener nacionalidad.
Partiendo del Artículo 1 de la DUDH, según el cual «todos los seres humanos nacemos libres», encargué a la abogada un segundo informe para saber si, a través del derecho de autodeterminación podía renunciar la nacionalidad. La investigación reveló que este derecho solo está contemplado como un derecho colectivo en vías de la creación de un nuevo Estado o nación; es decir, que este
derecho solo permite reproducir la misma estructura.
Después de enviar una segunda solicitud formal, la Subdelegación del Gobierno me informó que había transferido mi caso al Ministerio de Justicia.
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