Nos ha dejado el gran doctor Ángel Gracia, el mayor promotor de los beneficios del Agua de Mar de nuestra época, dejándonos como legado sus enseñanzas, su filosofía y su estilo de vida. Una persona que se ganó el corazón de cientos de miles de personas y por eso queremos hacerle un homenaje a título póstumo, donde trataremos de reunirnos todos aquellos a quienes Ángel Gracia influyó en nuestras vidas, para honrar su persona y su obra.
Organizado por Miguel Celades con la ayuda de Fernando Doylet de Miami conseguimos reunir a personas como:
Recuerdos del futuro Es hora de que recuerde, recuerde su futuro con todas sus fuerzas, recuerde que es libre, recuerde que es feliz, recuerde que es justo, recuerde que es luz, recuerde que es amor, recuerde que es paz y sobre todo, recuerde que puede recordar que ganamos la batalla, porque el futuro existe y ya pasó. Usted es la trama sagrada, usted tiene el poder, usted y sólo usted tiene la llave que abrirá la puerta para conducirnos a la realidad deseada. Sea consciente, recuerde y no la pierda.
La hipocresía es la práctica de participar en el mismo comportamiento o actividad por la que se critica a otro o afirmar que se tienen normas o creencias, a las que no se ajusta el propio comportamiento.......
Una vivienda asentada sobre un terreno, con su clara inmovilidad, condiciona la vida justamente a ese enraizamiento. Genera la costumbre hacia el entorno, incluso crea una profunda adaptación, que con el transcurso del tiempo se va transformando en una aceptación pasiva ante el hecho inamovible de vivir en dicho espacio y lugar geográfico. La casa rodante permite romper con las raíces, al menos desde el aspecto físico. Mover el lugar cuando el mismo se transforma en hostil, es una enorme posibilidad de encontrar la ansiada paz que de otra forma, viviendo en una casa “normal” se convierte en una imposibilidad insalvable, salvo mudarse del lugar y arriesgarse a repetir la misma situación pero con otros protagonistas. Cambia el paisaje, pero el interior sigue siendo el mismo. Tu cama, tu baño, tu cocina, tu placard conteniendo tu ropa, etc. Pero hay un punto interesante de tocar, siempre anteponiendo gustos y deseos particulares, porque desde ya no puede considerarse lo que sigue una actitud “normal” dentro de los parámetros establecidos por las reglas sociales. Puedo hablar de mi caso particular, sin la intención de crear una generalización molesta. Sé que los rodanteros somos una minoría dentro del contexto social. Tal vez podríamos definirnos como los “nómades” dentro del estilo de vida que propone este modelo social. No somos ciudadanos, porque las ciudades para nosotros son conglomerados humanos “de paso”. Por dos motivos esenciales: porque buscamos la paz de los espacios abiertos y porque generalmente somos conminados por las autoridades de tránsito a desplazarnos de los lugares en donde generalmente intentamos detener nuestro vehículo. Cuanto más grande, más molesto se torna para el sistema de estacionamiento urbano. Entonces, buscamos en la soledad del campo, montaña, lago, o playa ese “lugar en el mundo” que nos cobije por un tiempo generalmente “determinado”. Porque la idea no es quedarse in eternum.