Un ¨documetal¨ financiado por los Obama donde un millonario de
procedencia china reabrió una vieja factoría de General Motors en la urbe de
Dayton (Ohio). Para miles y miles de locales, la llegada de un manufacturador
multinacional implicaba recobrar sus trabajos -y su dignidad- una vez que la
recesión hiciera estragos en su cada día. Al comienzo, el contraste cultural es
jocoso, mas los inconvenientes entre el planteamiento chino y el de
Norteamérica no tardan en florecer.