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La Rechazada

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Publicado el 10/01/25 / En Conocimiento

Por el Dr. H. Spencer Lewis, F.R.C.
+ ¿Cómo podemos servir verdaderamente?
Por Ralph M. Lewis, F.R.C.

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AquelQueEs Instruido

Que buen programa Luis, se me han venido muchas cosas a la mente mientras te escuchaba.
He recordado a esos que van a "ayudar" y se hacen la foto/vídeo de rigor para compartir en las redes sociales. Me parece muy cínico usar lo malo que le pasa a los demás para inflarse el ego.
He recordado la frase de "si das un pez a un hombre comerá un día, si le enseñas a pescar comerá todos los días", la diferencia entre hacer a una persona dependiente o independiente y se pueda valer por si misma. Yo he usado siempre el transporte público para desplazarme (no tengo coche) y siempre ha habido personas que subían a pedir, y se notaba mucho la diferencia entre los que pedían por necesidad y los que no, pues los primero pedían cualquier ayuda que les pudieran ofrecer (comida, agua, etc.) y luego estaban los otros que directamente pedían el dinero sin más. A los primero siempre les ayudé como podía en ese momento, a los otros no.
He recordado algo que me pasó en esos días de transporte diario en tren y metro para llegar al trabajo, un día que no llevaba dinero en metálico ni nada que pudiera poder compartir con esas personas, recuerdo una de estas personas que me pidió en el andén del tren mientras esperaba y le contesté de forma sincera que no tenía nada, y recuerdo su respuesta mientras se alejaba: "tú lo tienes todo", y me impactó muchísimo eso que me dijo, tanto que está en mis recuerdos aún y no lo he podido olvidar, pues tenía razón, puede que no sea rico, pero nunca me ha faltado comida que llevarme a la boca, ni me ha faltado un hogar donde descansar, ni me ha faltado una familia y amigos que me quieran, eso me hace más rico que los millonarios.
Muchas gracias Luis, un fuerte abrazo.

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Lhucho
Lhucho 2 días

Gracias por tu comentario Aquel, recuerdo una vez que saliendo de una tienda un hombre tirado en la vereda me pidió pan, en ese momento en mí bolsa tenía justo lo que necesitaba para un almuerzo y no le dí, pero volví a la tienda y compré un paquete de galletas para darle, cuando salí ya no estaba allí, subí al auto y lo busqué por todo el barrio, nada había desaparecido. Creo que a veces se nos aparecen como pruebas para ver qué hacemos, y ese día fallé porque el momento de dar era cuando se me pidió y no dí. Ahora cada ves que alguien me pide recuerdo ese incidente y tomo la decisión de dar o no en el momento, en ocasiones es difícil discernir si el pedido cubre una necesidad sincera o no, pero es un buen entrenamiento intentarlo. Abrazo grande

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