Shantideva La Guía de las Acciones del Bodhisattva
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Locución e Ingeniería de Audio: "Berlewen Isolde & Yer" Ciudad de México.
Agradecimiento Especial: Leobardo Peña (Productor).
Hoy por hoy, tenemos el gran honor de compartir su Décimo Capítulo, titulado "La Dedicación", cuya vibración de dichos pronunciamientos, genera que los pensamientos, las palabras y los anhelos más elevados y enaltecedores del ser humano, devengan en el altruismo más puro y fraterno para el bien de todos los seres vivientes y para los más vulnerables.
A través de nuestra mente superior, nosotros podemos unirnos con millares de seres en nuestro planeta, con la finalidad de fortalecer estas sublimes aspiraciones en los corazones de cada hombre, mujer y niño, y así generar una verdadera conciencia de la Unidad aminorando el sufrimiento con un granito de arena de cada uno.
El Bodicharyavatara, es un Tratado Literario magistralmente escrito, en base a las enseñanzas supremas del Señor Gautama Budha por el monje Shantideva (687-763 d. C.), gran erudito budista. Shantideva es el autor del Bodhicharyavatara que significa "El Camino al Despertar" o "La Guía del modo de vivir del Bodhisattva".
In Memorian: "Shantideva"
Shantideva vivió en la gran universidad monástica de Nalanda, entre los años 685 y 763 de nuestra era. Es el autor de dos grandes obras, el espléndidamente poético Bodhicharyavatara, “Guía para el estilo de vida del Bodhisatva” y el Siksa-Samucchaya, “Compendio de instrucción”, que consiste sobre todo en citas de cerca de cien Sutras del Mahayana, de las cuales muchas ya no se podrán recuperar de ninguna otra fuente.
El “monje holgazán” sorprende a sus compañeros de Nalanda. Aunque él era un practicante avanzado que tenía visiones del Bodhisatva Mañjusri, quien le transmitía enseñanzas de manera directa, para sus compañeros monjes no era más que un holgazán, bueno para tres cosas: comer, dormir y defecar. Un día, con el fin de humillarlo, los demás monjes lo invitaron a que recitará algo de las escrituras ante todo el monasterio. En esa época Nalanda era la institución educativa preeminente del sur de Asia. Shantideva rechazó con modestia tan importante invitación pero los monjes insistieron y al final Shantideva aceptó. Para que su humillación fuera más grande le hicieron un asiento alto para dar enseñanzas, uno en el que no pudiera sentarse, para dar a entender, con ironía, su elevada reputación. Shantideva estiró su mano y milagrosamente hizo que el asiento fuera más bajo, se sentó en él y preguntó si deseaban que hablara de algo conocido o preferían algo original. Con actitud sarcástica, los congregados optaron por la segunda sugerencia y, para su sorpresa, Shantideva expuso el magnífico poema en mil versos que hoy conocemos como el Bodhicharyavatara.
Cuando ni algo ni nada queda ante la mente
ya no hay más alternativas.
Sin asir objeto alguno
la mente alcanza la paz. (Cap. 9 capítulo 9, verso 34)
Luego ascendió al cielo y quedaron sólo sus palabras, claramente audibles aun después de que él desapareció en lo alto. Más adelante alguien lo descubrió en algún lugar remoto, en la India, pero rehusó volver al monasterio. Según la leyenda dejó los hábitos, vivió doce años como guardia de un palacio (armado nada más con una espada de madera pintada de color dorado), casado con una mujer de una casta inferior y terminó sus días como ermitaño en una cueva lejos, en la montaña.
Autor del también excelente segundo manual práctico para la vida espiritual "El Siksa-Samucchaya".
Cuenta la leyenda que el segundo manual, fue descubierto reposando en la repisa de la habitación que ocupaba Shantideva en Nalanda, lo que implicaba que él había recopilado ese texto simplemente para su uso y acaso el de algunos de sus amigos. Tal era su modesta naturaleza.
El Bodhicharyavatara es notable por ser una obra de ferviente poesía devota, una guía práctica para el entrenamiento espiritual y un abstruso tratado filosófico, todo al mismo tiempo. Con la intención de ayudar a los aspirantes a orientarse hacia el bien de otros seres, enseña dos métodos fundamentales para esto, la práctica del reconocimiento de la igualdad entre yo y los otros y el intercambio de uno mismo por los demás.
Que pueda ser yo el protector de aquéllos que no tienen quien los proteja,
un guía para todos los viajeros que andan el camino,
que pueda ser un puente, una balsa y una barca
para todos los que desean cruzar el río.
Cualquier alegría que hay en este mundo proviene de desear la felicidad de los demás
y todo el sufrimiento que hay en este mundo no viene de otra parte que de nuestro deseo de ser feliz.
¿Qué necesidad hay de decir algo más?
los necios se esfuerzan por su propio beneficio,
los budas trabajan por el beneficio de los demás.
¡Mira simplemente la diferencia que hay entre ambos!
(Cap. 8, vv. 129-130, p. 120).