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𝙴𝚕 𝙲𝚞𝚊𝚛𝚝𝚘 𝙲𝚊𝚖𝚒𝚗𝚘 - 𝙲𝚊𝚙𝚒́𝚝𝚞𝚕𝚘 2

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Odnan_Ref
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Publié le 25/06/25 / Dans Comédie

Consideramos mayormente en el sentido de que la gente de algún modo no nos valoriza bastante, o no piensa bastante en nosotros, o no es bastante cuidadosa con nosotros. Para eso encontramos muchas palabras. Esta es una importantísima faceta de la identificación y es muy difícil librarse de ella; algunas personas están plenamente en su poder. En cualquier caso, es importante observar la consideración. Para mí personalmente, al comienzo, la idea más interesante era la del recuerdo de sí. Simplemente, no podía entender cómo la gente podía pasar por alto tal cosa. Toda la filosofía y toda la psicología europeas fallaron precisamente en este punto. Hay vestigios en enseñanzas más antiguas, pero están tan bien disfrazadas y ubicadas entre cosas menos importantes que ustedes no pueden ver la importancia de la idea. Cuando tratamos de tener presentes todas estas cosas y observarnos, llegamos a la clarísima conclusión de que en el estado de consciencia en que nos hallamos, con toda esta identificación, consideración, emociones negativas y ausencia de recuerdo de sí, estamos realmente dormidos. Sólo imaginamos que estamos despiertos. De modo que cuando tratamos de recordarnos, eso significa solamente una cosa: tratamos de despertar. Y despertamos por un segundo, pero luego nos dormimos otra vez. Este es nuestro estado del ser, de modo que estamos realmente dormidos. Sólo podemos despertar si corregimos muchas cosas en la máquina y si trabajamos muy persistentemente sobre esta idea de despertar, y durante largo tiempo.

P. ¿El dolor físico fuerte deforma nuestras ideas mentales? R. Ciertamente. He ahí porqué 'no podemos hablar de eso. Cuando hablamos del hombre, hablamos del hombre en su estado normal. Entonces podemos hablar de obtener estas nuevas funciones, la consciencia, etc. No pueden tomarse casos excepcionales porque deforman todo el cuadro. En conexión con eso hay muchas cosas interesantes. Este grupo que encontré en Moscú usaba metáforas y parábolas orientales, y una de las cosas de la que gustaban hablar era de la prisión: que el hombre está en prisión; por tanto, ¿qué puede desear, qué puede anhelar? Si es un hombre más o menos sensible, puede desear una sola cosa: escapar. Pero incluso antes que pueda formular este deseo, que quiere escapar, debe tomar consciencia de que está en prisión. Si no comprende que está en prisión, no puede desear escapar. Entonces, cuando formula este deseo, empieza a comprender las posibilidades de fuga, y entiende que, por sí mismo, no puede escapar, porque es necesario cavar debajo de los muros, y cosas por el estilo. Comprende que, en primerísimo lugar, debe contar con algunas personas que deseen escapar con él: un pequeño grupo de personas. De modo que comprende que tal vez pueda escapar cierta cantidad de personas. Pero no todas pueden escapar. Una no puede, y todas no pueden, pero un número pequeño de personas puede. Además, ¿en qué condiciones? Aquél llega a la conclusión de que es necesario tener ayuda. Sin ésta, no pueden escapar. Deben tener mapas, limas, herramientas, etc., por lo que deben contar con ayuda exterior. Esta es exactamente, casi literalmente, la posición del hombre. Podemos aprender cómo emplear las partes de nuestra máquina, que no usamos. Esta prisión significa realmente que estamos sentados en la cocina y el sótano de nuestra casa y no podemos salir. Uno puede salir, pero no por sí mismo. Sin escuela, uno no puede. Escuela significa que hay personas que ya están escapando o, en cualquier caso, están preparándose para escapar. La escuela no puede empezar sin ayuda de otra escuela, sin ayuda de los que escaparon antes. De ellos podemos obtener ciertas ideas, cierto plan, cierto conocimiento: estas son nuestras herramientas. Repito: todos no pueden escapar. Hay muchas leyes contra ello. Para plantearlo con sencillez: sería demasiado perceptible, y eso produciría de inmediato una reacción de las fuerzas mecánicas.



P. ¿El deseo de escapar es instintivo?
R. No. Sólo es instintivo el trabajo interior del organismo. Debe ser intelectual y emocional, porque la función instintiva pertenece realmente a las funciones inferiores, las físicas. Aún, en algunas condiciones, puede haber un deseo físico de escapar. Suponga que hace demasiado calor en la habitación y sabemos que afuera hace frío; ciertamente podemos desear escapar. Pero comprender que estamos en prisión y que es posible escapar requiere razón y sentimiento. P. Parece difícil, sin mayor observación de sí, saber cuál es su objetivo al escapar. R. Sí, ciertamente. La prisión es sólo un ejemplo. Para nosotros, la prisión es nuestro sueño y, sin metáforas, queremos despertar cuando comprendemos que estamos dormidos.

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