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𝙴𝚕 𝙲𝚞𝚊𝚛𝚝𝚘 𝙲𝚊𝚖𝚒𝚗𝚘 - 𝙲𝚊𝚙𝚒́𝚝𝚞𝚕𝚘 3

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gepubliceerd op 25/06/25 / In Komedie

P. La idea de que el mal es siempre inconsciente resulta más bien difícil de entender. ¿Puede explicarla un poco más?
R. Dije que, en primer lugar, trate de descubrir por sí mismo lo que llama mal, no mediante definición sino mediante ejemplos. Cuando tenga cierta cantidad de ejemplos, pregúntese ¿podrían ser conscientes? ¿Las cosas malas podrían hacerse conscientemente? Después verá que sólo podrían hacerse inconscientemente. Otra respuesta es que todo lo que llama mal puede suceder mecánicamente, y sucede siempre mecánicamente, de modo que no tienenecesidad de la consciencia. Dije que debemos estudiar las ideas de este sistema principalmente en conexión con la evolución del hombre, y expliqué que, por evolución, debemos entender un proceso consciente y esfuerzos conscientes, continuos y conectados. No hay evolución mecánica como a veces se entiende. La evolución, si es posible, sólo puede ser consciente, y el principio de la evolución es siempre la evolución de la consciencia, no puede ser la evolución de nada más. Si la consciencia empieza a evolucionar, otras cosas empiezan a crecer y evolucionar. Si la consciencia permanece en el mismo nivel, todo lo demás permanece en el mismo nivel. Hay varias cosas que es importante entender desde el principio mismo en relación con la evolución. Primero, que de la grandísima cantidad de hombres nº 1, nº 2 y nº 3, sólo poquísimos pueden convertirse en nº 4, nº 5, nº 6 y nº 7, o siquiera empezar. Eso debe entenderse muy bien, porque si empezamos a pensar que todos pueden evolucionar, cesamos de entender las condiciones necesarias para el inicio de la evolución, como se las describí en el ejemplo de la prisión.

P. ¿Todas las razas humanas tienen la misma posibilidad de desarrollo?
R. Esa es una pregunta interesante. Me planteé esta pregunta cuando por primera vez afronté este trabajo, y me dijeron que había sido discutida en escuelas importantísimas en un período importantísimo, y que luego de efectuar todos los experimentos posibles a este respecto, llegaron a la conclusión de que, desde el punto de vista del desarrollo posible, no hay diferencia entre las razas blanca, amarilla, negra, cobriza y roja. En la actualidad, las razas blanca y amarilla predominan, mientras que en el pasado hacían lo propio una de las otras. Por ejemplo, la Esfinge nos recuerda a un negro, no a un europeo.

P. En conexión con lo que dijo sobre el bien y el mal, ¿un seguidor de este sistema puede tomar parte en la guerra?
R. Esa es una cuestión suya propia. No hay prohibiciones ni condiciones externas.

P. ¿Pero podría conciliar las dos cosas?
R. Nuevamente, es su asunto personal. Este sistema particular deja muy libre al hombre. Este quiere crear la consciencia y la voluntad. Ni la consciencia ni la voluntad pueden crearse siguiendo ciertas restricciones externas. Uno debe ser libre. Usted debe entender que las cosas externas son las que menos importan. Las cosas internas son importantes, la guerra interna.

P. Hay muchas cosas, que me parecen malas, que soy capaz de cometer.
R. Usted no puede tomarse como ejemplo porque sólo podría tomar ejemplos del mal que ya cometió. De modo que es mejor tomar la idea en general. Encuentre todos los ejemplos posibles (no me refiero a accidentes o errores, porque muchos delitos son accidentales), pero tome todo lo que podemos definir como mal intencional, y verá que éste no necesita consciencia; una sola acción mecánica, y todo sigue.

P. Eso crea la ilusión de la alternativa.
R. Esa es la máxima ilusión: la ilusión de' "hacer" y la ilusión de la alternativa. Estas cosas pertenecen a un nivel superior. Empezando en el nº 4, uno ya comienza a tener alternativa pero los hombres nº 1, nº 2 y nº 3 tienen poquísima alternativa.

P. ¿Usted no diría que el estudio de la magia negra fuera mal consciente?
R. ¿Conoce a alguien que la estudiara, con excepción de las personas que leen libros con láminas terroríficas y que se engañan?

P. Si usted se impone deliberadamente el trabajo de engañar a otra persona, ¿no se trata de mal deliberado?
R. Es muy probable que usted no pudiera hacer nada en su auxilio; existiría tal presión de las circunstancias o algo así, que usted no podría obrar de otro modo. Todos estos son problemas difíciles y lleva largo tiempo acostumbrarse, porque estamos acostumbrados a pensar en el sentido equivocado. Por ejemplo, cuando miramos los acontecimientos históricos, tomamos como conscientes precisamente aquellas cosas que no pueden ser conscientes, y las cosas que pueden ser conscientes las tomamos como mecánicas, como una especie de proceso.
Ahora bien, si volvemos a esta idea de que sólo poquísimos pueden desarrollar y hallar en sí mismos las posibilidades ocultas, surge naturalmente la pregunta: ¿Qué determina la diferencia? ¿Por qué algunas personas tienen una oportunidad y algunas personas no la tienen? Es absolutamente cierto que algunas personas no tienen oportunidad desde el principio mismo.

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